Fraudes electorales, alza en los precios del pasaje, golpes parlamentarios, presidentes vinculados con el narcotráfico o el resurgimiento de una ideología política, han sido parte de los motivos de las protestas latinoamericanas en los últimos días y Ecuador no fue la excepción.
Luego de una ruptura política entre Rafael Correa y Lenín Moreno, quienes fueron en su momento compañeros de partido, el país ecuatorial ha pasado por diversos escenarios desde juicios por corrupción hasta periodistas asesinados por paramilitares. Estas noticias de primera plana, hicieron que en el ciudadano de a pie fuese perdiendo su paciencia social hasta tal punto, que una acción gubernamental se convirtió en un acto de desobediencia por 12 días continuos.
Con una popularidad cuestionada, esa noche del 1ero de octubre, Moreno tomó algunas medidas “para estimular la economía del país” como la reducción de aranceles para materias primas agrícolas e industriales, y la liberación del precio de la gasolina, haciendo que el ecuatoriano saliera a las calles en rechazo a un cuestionado Decreto 883.
Bien es cierto que cada decisión gubernamental tendrá un grupo de detractores y que en algunos casos los mandatarios de turno suelen ignorar el reclamo popular, sintiendo así la necesidad de encontrar argumentos para darle a entender a los manifestantes quien tiene la razón. Teniendo esto en cuenta y haciendo caso omiso de que el pueblo es el que tiene la última palabra para decidir, el abuso del poder o de autoridad suele aparecer en este tipo de escenarios.
¿Hasta qué punto la protesta se vuelve un mecanismo improvisado para lograr un objetivo deseado por el vulgo debido a lo impredecible que son las decisiones políticas de una nación? ¿Qué costo tendrá la vida de un hombre o una mujer inocente por defender sus derechos o sus deberes? ¿Cómo es posible que alguien pueda tomar la justicia con sus propias manos sin ser juzgado?.
12 de octubre: Dia de… ¿Resistencia?
Lo que comúnmente todos los 12 de octubre se torna en un tema de discusión, este día en particular para el indígena ecuatoriano se convirtió en una oportunidad para demostrar y recalcar que desde hace décadas, este sector dejó de ser el pueblo marginado logrando transformarse en actores políticos que pueden cambiar el curso del país y que su influencia como fracción va en constante crecimiento.
Pero, una ciudad que amaneció con angustia por la desinformación, sumado a un Toque de Queda en todo el territorio nacional, un traslado de la Casa de Gobierno a otra ciudad por diversos motivos y sin lograr ningún acuerdo entre el Gobierno y los diversos movimientos políticos y sociales, era el libreto perfecto para los que algunos entendidos lo llamasen “Golpe de Estado” por parte de los pueblos originarios.
Más allá del descontento o miedo del momento, estos tienen en su pasado, una historia de poderosa lucha que, sumado al desconocimiento de poder por parte de los militares y el descontento popular, lograron derrocar a tres presidentes y que en esta ocasión querían “tumbar” a un cuarto mandatario por suscribir un crédito con el Fondo Monetario Internacional que afectaba sus condiciones de vida.
Muertos, heridos, personas detenidas o desaparecidas, saqueos a locales comerciales y una sede de la Contraloría General del Estado incinerada fue el resultado de 12 días de disidencias que el Ecuador no olvidará por un largo tiempo. Viendo esto e independientemente del diálogo entre el Movimiento Indígena y el Gobierno Nacional, este conflicto dejó grandes cicatrices como para ignorar este hecho y tocará esperar en un futuro no muy lejano, que nos dirá la historia.
Por Ricardo Enrique Ortiz.
Fotografías: Ricardo Enrique Ortiz
Lo digital es cultura. Todos tenemos un sello que mostrar.
@SelloCultural