“Yo soy venzuelano”, típica frase que decía mi nono, mi abuelo que en paz descanse. Huyendo del medio oriente con solo una pieza marrón en la mano y, cargando del lado izquierdo esperanza. Un país llamado VENEZUELA, le abrió las puertas para rehacer su vida.

Hace unos años Venezuela era un país democrático, donde se podía salir a las calles y, corretear con los amigos, las mamas embarazadas no tenían ninguna preocupación para comprarle la leche a sus hijos, se podía respirar el aire fresco mientras se iba al colegio. Hace unos años Venezuela era una tierra santa,un país verde y, generoso; Isabel Allende una vez dijo:

“Venezuela es un país tan noble que tiras una pepa de mango por la ventana y tienes para alimentar a toda una nación”. Una tierra, donde la oscuridad no era un problema, más que de encontrar estrellas fugaces.

Abuelo, nono, desde allá arriba se que te duele el país que estas viendo en estos momentos. Cada vez somos mas estudiantes que salimos a la calle a defender nuestros derechos; ya estamos en un nivel que la escasez paso a ser un problema secundario, se están violando nuestros derechos. Cada día la situación se pone mas difícil, pero si paramos de manifestar, ¿Entonces qué? todas las almas de estudiantes, civiles, que te han ido acompañar allá arriba sus nombres quedarían en vano.

El pueblo, el poder popular, se tiene que dar cuenta que están siendo MANIPULADOS por el gobierno y, las fuerzas armadas ablandar sus corazones por la patria, nuestra patria. Solo queremos un cambio abuelo, queremos vivir en el país que te abrió las puertas, pero nuestra mayor arma es nuestro aliento, el único fuego que tenemos es el que arde por dentro de nosotros,estamos desesperados. Cada día las calles se tintan mas de rojo y, no nos encontramos en otoño.

Te prometo que seguiremos luchando, quiero que mis hijos vivan en esa Venezuela que te abrió las puertas.



YO SOY VENEZOLANA Y ESTOY ORGULLOSA DE SERLO.

Por Chantal Zyman
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