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El mundo de la autopublicación: un furor digital


Wattpad es de las plataformas más populares en la comunidad de autores en Internet, con más de 90 millones de usuarios. También existen otras como Litnet o Rakuten Kobo, y la gran tienda digital para eBooks: Amazon. El impacto en el mercado ha sido tan grande que editoriales internacionales como Penguin Random House y Planeta les han puesto el ojo, incluso servicios de streaming como Netflix.

Por María Angelina Castillo
Twitter: @macborgo




La necesidad de contar historias podría remontarse al comienzo de todo. Una buena historia siempre atrapa, nos permite explicarnos (o al menos intentarlo), comprender dónde estamos, qué buscábamos cuando estábamos buscando y qué puede significar eso de vivir. O amar.

Del cuento oral a la palabra escrita. Con el paso del tiempo se han diversificado los canales y en años recientes, con el desarrollo tecnológico, han adquirido mayor popularidad las plataformas digitales en las que usuarios publican sus escritos sin tener que acudir a una editorial. Para muchos es una manera más sencilla de acercarse al otro y de generar su comunidad de lectores. Sin embargo, es un lugar que hay que mirar con lupa: no siempre hay calidad; no todo lo popular en Internet es lo que está mejor hecho. Así el mundo de la autopublicación ha llegado también a los grandes sellos editoriales y servicios de streaming como Netflix, que han puesto el ojo (y el contrato) en los autores con mayor número de lectoría. Claros ejemplos de triunfo son las sagas de After y 50 sombras de Grey.

Una de las plataformas de autopublicación más conocida es Wattpad, que data del año 2006. Actualmente cuenta con más de 90 millones de usuarios, más de cinco millones de escritores y alrededor de 1.500 historias han sido adaptadas a cine y televisión (con la creación de Wattpad Webtoon Studios), de acuerdo con los portales de noticia ladiaria.com y prensario.net. Sus principales mercados son Latinoamérica (con México a la cabeza), Estados Unidos, Reino Unido, India, Indonesia, Filipinas y Turquía.

En 2019 la plataforma lanzó Wattpad Books para publicar en físico y al año siguiente realizó una alianza con el Grupo Penguin Random House para editar varios títulos en español e inglés. El grupo etario que accede con mayor frecuencia a la plataforma es de la llamada Generación Z (entre 27 y 13 años de edad), y son en su mayoría mujeres.

Uno de los casos recientes de éxito en Wattpad es el de la venezolana Ariana Godoy, de 26 años de edad, autora de la Trilogía Hidalgo: A través de mi ventana (con más de 358 millones de lectura, cuyos derechos compró Netflix para una película homónima que suma más de 100 millones de horas de visualización), A través de ti (que lleva cuatro ediciones y entró en las listas de los libros más vendidos en España) y A través de la lluvia. Además, publicó la Saga Darks que incluye Fleur: Mi desesperada decisión, Killer y Heist, esta última con más de 81 millones de lecturas.

Actualmente la representa Johanna Castillo, agente literaria de Writers House. Y en su cuenta de YouTube acumula 328.000 suscriptores; allí interactúa con sus lectores, habla de su rutina para escribir, sus experiencias cotidianas y hasta de su salud mental.

Christian Pérez, gerente de la librería Libromía, menciona sin dudar a la autora  venezolana cuando habla de las autopublicaciones. Su empresa compra y vende textos al menor, entre estos los ejemplares físicos de Wattpad. Señala que son muy demandados en Venezuela, Colombia, Perú y Chile: “Los libros publicados en esta app estaban teniendo un crecimiento muy claro y amplio. Al llegar la pandemia, la lectura en casa incrementó mucho y ayudó a que el sello Wattpad fuese un éxito. Libronomía se creó en marzo de 2020, desde entonces no dejamos de vender”.

Pérez indica que las historias juveniles suelen ser las más buscadas en Latinoamérica y menciona, además de Godoy, a Joana Marcus y su título amoroso Antes de diciembre, adquirido por Penguin Random House a finales del año pasado.
Además de Wattpad, existen otras plataformas de autopublicación y comunidades del libro digital como Litnet, en la que el autor puede recibir dinero por la suscripción a capítulos u obras completas; Rakuten Kobo (eBooks y audiolibros) y una de las grandes tiendas digitales: Amazon. En este gigante se puede encontrar el libro de la venezolana Sarah Serfaty Medina, Un camino simple.



El camino de Sarah

Ella cuenta que desde siempre ha querido escribir libros, que son muchas sus ideas, los bocetos guardados. Hasta que en 2020, finalmente, pudo publicar su primera historia: es una muy personal, habla desde el minimalismo, desde una búsqueda que se desligue del consumo excesivo.

“Quería contar mi experiencia porque en serio cambió mi vida. Yo la compartía con
gente cercana y entonces se me ocurrió que podría escribirla para tener una guía. Y por ahí se me fue dando la idea de qué hacer y cómo hacerlo. Y me tomó un tiempo hacerlo porque escribí todas las ideas de lo que quería contar, hice un bosquejo de cómo sería cada parte”, recuerda.

La autopublicación le pareció el camino más sencillo para llegar a los demás: “Lo que yo quería era compartirlo con todas las personas posibles y mi intención no era lucrarme por esto. Una amiga me dijo que lo pusiera en Amazon. Lo tengo allí, pero no he revisado si he vendido algo. Está para la descarga gratuita en mi Instragram y si alguien lo necesita, se lo comparto. No tengo ni idea de cómo acceder al mundo de las editoriales tradicionales; en mi cabeza es un proceso súper complicado, en el que tienes que pasar por muchos filtros, y no me interesaba. Eso sería en un escenario en el que quisiera venderlo y no es así. Solo quería difundirlo”.

El formato del eBook, agrega, responde al espíritu del libro: aquello que no contamine. Lo armó ella misma: elaboró el esquema en Excel, luego plasmó el texto en Word, lo editó una amiga y otro la ayudó con el diseño. “Lo publiqué hace ya dos años y el feedback siempre fue excelente. A la gente le encantó. Muchos se sintieron identificados con mi experiencia y comenzaron a poner en práctica esa metodología que utilicé”, explica.

Sobre la comunidad de los autores autopublicados, añade: “Es un reto y es muy difícil porque no tienes el backup de una editorial, con sus herramientas y músculo económico para difundir la información. Es como un trabajo de hormiguita. Pero lo veo genial porque en el mundo digital es mucho más sencillo y viable. No tienes que esperar pasar por los filtros de una editorial. Ni siquiera tienes que pasar por negociaciones en las que el autor sale perdiendo”.

Serfaty Medina menciona que quien desee entrar a este mundo debe tener en cuenta elementos como la claridad en el tema y qué se desea obtener: “Hay gente con expectativas muy altas y a lo mejor no consigue el feedback que espera. Yo a lo mejor hubiese querido que me leyeran 2.000 personas y en dos años me han leído 700, que para mí está súper bien porque al principio no creí llegar ni a 50 lectores. Pero a lo mejor hay gente que piensa que será la siguiente JK Rowling y es una barra bastante alta. Entonces, tener expectativas reales y saber bien cuál es la meta, porque si no te puedes frustrar”.

Los cuentos de la ciudad de Arturo

Arturo Guillén recuerda escribir canciones de rap en su adolescencia. Le interesaba
aquello de contar historias desde la lírica. Una simple experimentación narrativa, dice. Eso fue al principio, pero luego la idea evolucionó al deseo de hacer un libro.


Cuentos de una ciudad que ronca es su experiencia en la autopublicación, que comenzó a gestarse en 2019. Llegó, entre otras cosas, porque quería saber qué verían en sus palabras personas fuera de su círculo social, “salir de las opiniones sesgadas por el vínculo emocional (risas)”.

“Si soy sincero, opté por la autopublicación por lo difícil que me resultaba entrar al
mundo de las editoriales tradicionales. Además, mi idea de una compilación de cuentos cuyas historias se entrecruzan lo complicaba aún más. Si participaba en un concurso con un solo cuento, y se llegaba a publicar ese, ¿qué pasaría con el resto? Sería como cuando Isis recogía los restos de Osiris y solo se hubiese quedado con una parte de su cuerpo solamente: incompleto. No es Osiris, es una parte de él nada más. Así hubiese sido, no lo deseaba de esa forma”, añade.

Pero Arturo no sabía por dónde comenzar: “Fue un proceso un tanto complicado.
Desconocía de cómo era, qué se debía hacer o a quién con exactitud acudir. Primero supe acerca del servicio de autopublicación de la editorial Planeta, pero requería una cantidad muy elevada de dinero, además de cierta presencia en redes sociales, cuestión que carezco (risas). Luego di con FB Libros y con Roger Michelena, su director. En un principio me explicaron lo que ofrecían: servicios de corrección de estilo y ortotipográfica, de maquetado, diseño de portada, registro de propiedad intelectual, entre otros servicios que pudiera requerir. Lo más costoso era la corrección y por ello, al menos en mi caso, opté por buscar algún corrector o editor freelance. Por suerte encontré a Marina Araujo, una gran editora y correctora. Al final todo salió bien y pude publicar con FB Libros debido a que fue más asequible y porque me atendieron realmente bien. Mi obra se vende por Amazon tanto en físico como en digital”.

A modo de consejo, finaliza: “Se necesita lo esencial: ganas de escribir. Leer, releer,
corregir, releer y seguir corrigiendo. Después llega la hora de buscar cómo
autopublicarse: evaluar las opciones, los gastos. Sin embargo, recomiendo que sea por vías que ofrezcan el registro de tu propiedad intelectual, no es bonito ni agradable que te plagien. Y si por algún motivo no te sientes satisfecho con lo que escribiste, acude a un corrector o editor. No subestimes sus servicios, te ayudarán muchísimo. Siempre es bueno entregar lo mejor que uno pueda realizar a lo demás”.


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