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Matilda, para seguir haciendo industria cultural en Venezuela


El musical, que está basado en la novela de Roald Dahl, se presentará en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño en solo seis funciones a partir del 11 de noviembre. Es la apuesta de Clas Producciones para cerrar el año y cuenta con la dirección general de Marianery Amín, coreografía de Taba Luis Ramírez y la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho

Por María Angelina Castillo
Twitter: @macborgo




Clas Producciones no descansa. Luego del éxito de Los Miserables, decide apostar por un musical infantil para cerrar el año, celebrar diciembre y seguir construyendo bases para una industria cultural en Venezuela.

Con esta premisa, llegará a la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño Matilda, el musical, que ofrecerá solo seis funciones, a partir del sábado 11 de noviembre. Son más de 40 artistas en escena, entre cantantes y bailarines, bajo la dirección general de Marianery Amín, la dirección coreográfica de Taba Luis Ramírez y la producción de Claudia Salazar Gómez. Es la primera vez que en el país se monta esta conocida pieza, que acumula más de 10 millones de espectadores en el mundo y ha ganado más de 90 reconocimientos internacionales, entre ellos 5 Premios Tony, 7 Premios Olivier y 5 Drama Desk.

Venezuela se convertirá este año en el quinto país en el que se interpreta el musical, luego de haber recorrido escenarios en Reino Unido, Estados Unidos, España y Argentina.

Basado en la novela de Roald Dahl, el montaje cuenta la historia de Matilda, una niña muy inteligente e ingeniosa que posee poderes psicoquinéticos, lo que la ayudará a superar la indiferencia con que ha sido criada y los malos tratos de la directora de su colegio, la temible Tronchatoro.

El elenco está compuesto por Alma Infante y Emilie Ciardiello, como Matilda; Julián Izquierdo, como Tronchatoro; Claudia Rojas, como la Señorita Miel, Tomás Vivas, como el Señor Wormwood; Marilyn Chirinos, como la Señora Wormwood y Grecia Augusta Rodríguez, como la Señora Phelps.

Con libreto de Dennis Kelly y canciones de Tim Minchin, Matilda, el musical tiene 24 piezas que serán interpretadas por 13 músicos de la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho, bajo la batuta de Alejandro Muñoz Álvarez y la supervisión musical de la maestra Elisa Vegas.

Las funciones serán del 11 al 19 de noviembre, sábados a las 5:00 pm y domingos en doble horario: 11:00 am y 5:00 pm. Las entradas están a la venta en ticketplate.com, las taquillas del teatro y el stand de Ticketplate del Tolón Fashion Mall.

Son muchos los que conocen la historia de este ingenioso personaje, los que han leído el libro o crecieron con la versión cinematográfica de 1996 dirigida por Danny DeVito. Pero, ¿qué representa Matilda, el musical para los artistas que integran esta producción?

“Una montaña rusa de emociones”

Para Marianery Amín, la directora de la obra, desde las audiciones ha sido una mezcla fascinante de sentimientos: “En un segundo puedes estar sintiendo cien cosas, desde admiración y asombro, pasando por ansiedad, ganas de llorar y reír, se ha sentido todo durante este montaje. Lo más retador de dirigir un musical, en mi caso, es el tamaño de las decisiones, gerenciar ideas a la escala de la Ríos Reyna, ser detallista en una puesta con muchas capas de información, mucho arte sucediendo paralelamente, pero gracias a mi equipo de asistentes de dirección maravilloso (Dosutin Zapata y Glenda Medina) el proceso se hace muy divertido”.

Para Amín una de las cosas más difíciles de llevar adelante un proyecto de esta envergadura ha sido engranar los tiempos del equipo artístico. La directora define este proceso como una “operación matemática y física muy compleja. Pero hacer arte con creadores venezolanos siempre vale la pena”.

“Tienen un nivel de pasión inigualable, son entregados, tienen mucho empuje, son incansables. La energía que poseen es maravillosa. Siempre con ganas de aprender, de llegar cada vez más lejos y mejorar, me maravillan. Lo más bonito es que sin importar la cantidad de horas de ensayo o lo complejo de una escena que hay que repetir una y otra vez, todo lo hacen con una sonrisa. Eso es inspirador”, agrega.

Además, considera que con este tipo de montajes poco a poco trabajan en la construcción de una industria que puede “tejer y crear recursos para que el arte se convierta en una fuente de trabajo permanente y que pueda proteger a sus artistas y darles la calidad de vida que se merecen. Captar nuevo público y mostrarles el inmenso talento que existe en Venezuela”.


“Una responsabilidad muy grande”
Taba Luis Ramírez, el director coreográfico del montaje, explica que su trabajo va muy de la mano con la visión del director de lo que quiera transmitir. Y, al mismo tiempo, cada número musical o pieza dentro de la obra completa debe llevar una identidad propia. Una maravillosa habilidad de negociación creativa.

“Los números musicales siempre se utilizan para avanzar la historia, nunca para dejarla estancada. Es muy extraño que veas un musical en el cual un número no dice nada o no te da alguna respuesta que necesitabas, algún dato o algo importante para la narración. Entonces es una responsabilidad muy grande porque tienes que hacer que el movimiento vaya ligado con lo que se está contando o con el aspecto de la historia que quieres revelar en ese específico momento”, expresa.

Ramírez cuenta, además, que esta experiencia con Matilda, el musical ha sido muy entretenida porque abarca coreografías muy diversas: “Hay coreografías que son un poquito más tétricas, otras que son más felices, algunas tienen un tinte un poco más sarcástico. Entonces, esto te da mucho juego, te da muchos matices con los cuales jugar. Por ejemplo, en ‘Bruce’, cosa que no está en el musical original, yo sentía que tenía un beat súper pesado, súper fuerte; y me dio para montar una coreografía de tap encima de los pupitres. Y esto es algo completamente inédito y creo que le da un plus”.

El coreógrafo recuerda que para llevar adelante el montaje el equipo solo tuvo cuatro meses. Cuatro meses para enseñar los números musicales a niños y adultos, cuando en otros países el proceso se puede extender más de un año: “Esto trae que las coreografías son mucho más complejas, los bailes son más modernos, todo es más movido, todo es un poquito más fuerte (…) lo bueno es que estos chamos son increíblemente talentosos, son como unos pequeños adultos y son súper profesionales y han sabido llevar todo. Saben que tienen una responsabilidad que cumplir. Y en este punto, ya cerca del estreno, se sienten seguros, se sienten animados, se sienten emocionados por mostrar todo el trabajo que han hecho”.

“Llevar la orquesta a puerto seguro”
Alejandro Muñoz Álvarez es el encargado de dirigir a la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho en Matilda, el musical. Relata cómo ha sido el viaje y cuáles son los temas de mayor complejidad, pero al mismo tiempo satisfacción: “Para mí hay dos temas complejos: ‘Revoltosos’, porque es sumamente complicado cantar y bailar y no quiero que se canse el ensamble, pues hacen muchos movimientos. La música es compleja, tiene muchas divisiones. El otro tema es ‘Gritar’, porque hay actuación, baile y canto con la mamá de Matilda. Mi responsabilidad es llevar a la orquesta a puerto seguro, pero aprendiendo de lo que hice en Los miserables: te tienes que dejar llevar y hacer química con los cantantes. En Matilda, el musical es tres veces más complejo porque hay que compenetrar canto, baile y actuación; afortunadamente cuento con un elenco de tipo A y con niños que son excelentes, como esponjas que absorben todo. Estoy feliz, con una gran emoción y ansiedad porque estamos haciendo historia. Es un privilegio, sigo aprendiendo”.


“Feliz de interpretar a este personaje tan icónico”
El actor, director y docente teatral Julián Izquierdo se mete en la piel, y en el carácter, de la temible e inolvidable directora Tronchatoro. Una experiencia que lo ha nutrido enormemente. “Llevo toda mi infancia viendo a este personaje, que me permite tanto juego y tanta interacción sobre todo con los niños, que son unos talentazos dentro del musical. Sí, me he sentido muy feliz, muy emocionado y a esta altura ya estoy ansioso por mostrar el trabajo y que el público se divierta con nosotros”, relata.

Aunque las dificultades nunca faltan, Izquierdo ha sabido sortearlas y disfrutar del reto: “Lo más complicado precisamente ha sido construir el personaje de manera que sea mío, pero también que responda a lo que la gente va a esperar de un personaje tan icónico. Entonces, lograr que no sea una cosa ni demasiado aterradora ni demasiado cómica, sino un equilibrio, creo que ha sido lo más complejo. El balance, para no desvirtuar por completo el personaje y que se despegue de la imagen que la gente tiene de él, pero también darle un toque muy personal, muy mío, porque pienso que es un personaje que tiene una historia muy importante que la ha llevado a estar obsesionada con este tema de la disciplina y de que las cosas se hagan bien. Este es el único ámbito en donde el personaje se desenvuelve con confianza a pesar de todas las inseguridades que pueda tener”.

Fanático de Matilda en todas sus versiones, Izquierdo considera que esta experiencia abre una brecha interesante en su carrera: “Lo estoy enfrentando con mucha pasión, con mucho amor y disfrutando cada momento de ensayo, porque estos proyectos son muy fugaces, muy efímeros; y así como comienzan, se van. Así que estoy tratando de aprovechar al máximo porque de verdad ha sido una experiencia mágica”.


“Un personaje muy bonito”
La joven Alma Infante es una de las encargadas de interpretar a la pequeña e ingeniosa Matilda. Desde temprana edad le gustó el arte y a los 7 años comenzó sus estudios de baile en la Academia Tacón Dance de Barquisimeto y es alumna de la Coach Vocal Gladys Salazar.

“Me he sentido muy bien actuando como Matilda, ya que este es un personaje muy bonito, y trabajando con una productora tan bonita y tan profesional como lo es Clas Producciones. También agradezco mucho a las personas que me han apoyado en este trabajo tan difícil como lo es actuar, pero a la vez tan divertido y tan emocionante”, comienza diciendo la intérprete.

Gracias a su esfuerzo y al apoyo del equipo, cuenta que ha ido superando las dificultades del personaje: “Lo más complicado que he tenido que hacer, trabajando como Matilda, es actuar. Ya que es un personaje protagónico y tiene muchas líneas, canta, baila; pero a la vez es muy divertido. Además, si ustedes han escuchado mi historia no se lo van a creer, porque mi historia es bastante rara, por así decir; y me ha hecho muy feliz porque trabajo con las personas más maravillosas del mundo, pues me han apoyado y me han alentado a seguir con este personaje maravilloso”.


“Ha valido la pena”

Emilie Ciardiello también interpreta a Matilda, como parte del doble elenco. Estudia teatro desde los 5 años de edad y ha participado en cuatro piezas teatrales. Además, comenzó a practicar piano y clases de japonés. Aquí relata cómo ha sido su experiencia junto al equipo artístico y de producción:

“Ha sido un reto muy difícil, pero valió la pena por el personaje tan lindo que tengo y que me hace feliz. Lo más complicado, para mí, ha sido aprenderme las líneas y encajar el texto con la música. También me ha hecho enormemente feliz, porque es una historia muy motivadora y que me lleva a cumplir mis sueños. Es como un trampolín para impulsar mi carrera como actriz”.


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