Los bebés ya no lloran
El nakisumo, una tradición de 400 años en Japón
Por Luza Medina
X: @jemluza
Un niño llora fuerte. Casi grita. Trato de concentrarme en mis peticiones para el último semestre del año y no puedo. ¿Qué es ese ruido? Volteo y veo a dos luchadores de sumo sostener a dos bebés en un dojo. Uno llora y el otro niño se resiste. El árbitro se coloca una máscara de demonio y comienza a asustar al bebé que no llora. El niño se ríe, no entiende la razón de que todos lo miren y griten que llore.
—¿Qué se celebra hoy?
—El nakisumo —me responden.
—¿El naki-qué?
Agarro mi celular y busco qué es el nakisumo. Entiendo que tiene que ver con llanto (Naki) y sumo por el significado de sus palabras en japonés.
Según el sitio web oficial del festival:
“El nakisumo es una tradición japonesa que se celebra anualmente en varios templos sintoístas, donde los luchadores de sumo sostienen a los bebés y compiten para ver cuál de ellos llora primero. Se cree que el llanto fuerte de un bebé ahuyenta a los malos espíritus y trae buena salud. También habla de su fuerza interior”.
No tenía idea de su existencia. Leo que se originó hace más de 400 años y que estuvo suspendido durante la pandemia. También que su procedencia se debe a una leyenda de unos padres que recuperaron a su hijo que daban por muerto.
La verdad, respeto los rituales religiosos y entiendo la importancia para la cultura japonesa, pero me duele ver a cientos de niños llorar. ¿No podían solo bailar con los luchadores de sumo? Supongo que eso no atraería a cientos de turistas.
Al final el bebé nunca lloró y la mamá se preocupó.
—Mi hijo no crecerá sano —le dijo a su esposo.
El llanto habla tanto de nosotros. Representa debilidad, fortaleza, tristeza, felicidad, dolor, pérdida, añoranza y mucho más.
—¿Qué pensaría Shakira sobre el nakisumo? —pienso en voz alta.
Supongo que cantaría que los niños ya no lloran, solo atraen turistas y facturan. Algo que necesita Japón para recuperar su economía.